Mi vida en el departamento es la típica de un outsider. Los profesores me tratan bien, propio de la hospitalidad local y de las relaciones públicas académicas. Pero el interés no va más allá de la cordialidad. Aún más en el periodo vacacional. Cada uno de los profesores va a su bola. Cuanto menos trabajo, mejor.
Por otro lado, entre los compañeros doctorandos, hay de todo. Hay los que de entrada, te ven como una amenaza (¿?). Hay los que se interesan y son amables, una minoría. Hay también los que no te hacen caso, la mayoría. Sin embargo, hay también una cuarta categoría, los outsiders locales. Formalmente son doctorandos locales pero, en realidad, ni los propios estudiantes locales los conocen. Y esto puede generar situaciones entre el embarazoso y lo divertido.
Hace unos días, Chang-ho-Hang se acercó a mí y me “ordenó” que abandonara la mesa en la que yo trabajaba tranquilamente. Lo dijo con un fuerte acento asiático, que te deja con la duda sobre el tono del mensaje. El detalle es que allí me puso el jefe del departamento. Le pedí disculpas, dije que no sabía que estaba en “su” mesa. Mal le pedía disculpas el chino ya había puesto su mochila sobre la mesa. Para romper un poco el hielo, le pregunté de dónde él era. Supuse que era chino. Y le dije, ¿eres chino? La respuesta fue un lacónico NO. Se hizo un silencio insoportable.
Chang dejó sus cosas en el despacho y desapareció. Comenté con una colega estadounidense lo ocurrido. Me tranquilizó. Dijo que el tío este estaba un poco, sólo un poco tocado. Al día siguiente, sus cosas ya no estaban más en el despacho. Por nueva orden de mi tutor, volví a “mi” antigua mesa ya que había pasado a ocupar el sitio de un colega alemán, un poco posesivo con su espacio laboral (y vital).
Y así voy haciendo amigos. Espero que el colega Chang no vuelva al despacho hasta finales de octubre. De lo contrario, temo terminar en Comisaría. O peor aún, en urgencias.
Temperatura: 25 ºC
Viento: suave
Posibilidad de lluvia: 87%
Tipo de lluvia: showers.
viernes, agosto 14
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1 comentario:
Vaya elementos por la city, no? Por aquí son todos muy 'peace and love', debe ser el espírituo hippy de los sesenta transmitido vía fetal...
Ánimo!!!!
PS.- El clima también ayuda a agriar / mejorar el carácter, cierto.
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