lunes, septiembre 21

Day 53 – “Hacer una tempestad con un vaso de agua”

No sé si en castellano se utiliza la expresión que da titulo a esta crónica. En portugués, es algo corriente. Y, particularmente, en mi vida, siempre produzco alguna situación en la que alguien hace una tempestad con un vaso de agua.

A cada cuatrimestre, siguiendo las estaciones del año, la Facultad que me alberga en esta estancia organiza un ciclo de seminarios. Como ingleses, la cosa es muy organizada, pese el hecho de que me dijeron que estas charlas son algo informal. No quiero ni pensar lo que sería algo “formal” strictu sensu.

Los seminarios son encuentros semanales, de obligatoria asistencia a todos los profesores y personal investigador, de los catedráticos a los doctorandos. En cada uno de ellos, hay un moderador, que presenta al que va hablar y el mismo hablante. Son dos horas de charla, entre preguntas, té con leche y galletas. El nivel de los hablantes es bastante díscolo. Dentro de dos semanas hablaré yo, un mindungui cualquiera, mientras que, a la semana siguiente de mi charla hablará nadie menos que el Sr. Castells, aquél que Fernando Henrique Cardoso llamó del segundo Max Weber de la sociología.

Aunque insistan en la informalidad, hay una profesora que organiza el calendario de estos encuentros semanales. Hace unos días, ella nos envió la programación preliminar para todo el otoño. Fue entonces cuando mi tutor le escribió, pidiendo que me pusiera como hablante en algún día que aún estuviera vacante.

Ella le contestó ofreciendo unos cuantos días en octubre además de sugerir que él moderara la sesión. A esto él respondió que estaba encantado y que aguardaba que yo eligiera un día que me fuera conveniente. Fue entonces cuando escogí una fecha, en respuesta a los e-mails que éstos intercambiaban.

Acto seguido, dicha profesora me escribe, agradeciendo la respuesta. Unos minutos después, envía nuevamente un correo electrónico a toda Facultad, comunicando algunas alteraciones en el programa de charlas.

Todo parecía muy rápido, eficaz y racional. Fue entonces cuando mi tutor contestó los e-mails a la profesora y a mí diciendo que para la fecha que yo había elegido, él estaría de viaje. Por ello, proponía dos alternativas: que otra persona moderara el debate o que cambiáramos la fecha, puesto que se trata de algo informal. Es decir, en realidad él sugería la alteración del día de mi presentación, ya que los ingleses nunca dicen nada explícitamente. Yo contesté inmediatamente su e-mail, proponiendo que, dada las circunstancias, si lo fuera pertinente, yo prefería posponer mi presentación.

Pero la reacción de la joven profesora, la responsable de estas sesiones informales, no fue muy amistosa. Contestó la conversación electrónica que entablábamos ella, yo, y mi tutor, con copias al decano y a unos cuantos catedráticos, diciendo que no se podría cambiar nada, que ella ya había hecho el programa, avisado al staff y encargado el catering. ¡Y eso que era algo informal!

Sí, efectivamente la tía ésta hizo una tempestad con un vaso de agua y a mi tutor le tocó apagar el incendio que yo, sin querer, inicié. Quizás todo hubiera sido diferente si yo tuviera presente lo que es la informalidad para los ingleses.

Temperatura: 13-15 º C
Viento: suave
Posibilidad de lluvia: 47 %

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